Una vez que
tenemos la pregunta clara, no debemos olvidarnos de enseñar a los alumnos cómo
debatir: de una manera tolerante con los demás, con un lenguaje adecuado, con
una argumentación que tenga base sólida… Entonces ya pueden debatir libremente,
hasta sacar una o varias conclusiones.
¿Qué método
podemos utilizar los docentes con el fin de que se produzca en nuestras aulas
una adecuada situación de aprendizaje? El pensamiento crítico es uno de los
métodos que nos podrían beneficiar; se está llevando a cabo, por ejemplo, en el
KIPP King Collegiate High School
(California, EEUU).
¿Cómo lo
llevamos a la práctica? El pensamiento crítico se basa en las preguntas, por lo tanto, debemos crear
un entorno centrado en la realización de preguntas para fomentar la curiosidad
y el interés de los alumnos. Nuestro objetivo es que ellos terminen adaptándose
y se impliquen de manera que ellos mismos lleven el ritmo de clase.

¿Cómo los
evaluamos? Mediante exposiciones al frente de la clase, resúmenes, tests,
ensayos… Hay multitud de posibilidades frente a un único examen escrito.
Este método
excluye un poco al profesor/a en el aula, ya que tiene el propósito de que sean
los alumnos/as los que lleven la mayor parte de la clase. El profesor es un simple orientador de
aprendizaje. Sin embargo, esto beneficia más que perjudica, ya que aumenta la
capacidad de implicación de los alumnos en materias que quizá no les gusten o se
les den mal en un principio… Esto podría ayudar a cambiar la perspectiva de
nuestros alumnos con respecto a muchas asignaturas.
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